miércoles, 6 de julio de 2011

CONTROL DEL ORGASMO

El control del orgasmo es la esencia del masaje tántrico. La recepción de las caricias que llevan a la hipersensibilidad de la piel, que llevan hasta la hiperconciencia de la sensualidad y del placer, desembocan inevitablemente en el orgasmo femenino, por esta razón el masajista debe controlarlo. NO basta que no lo busque como finalidad, sino que debe controlar su aparición, y de aparecer éste, debe estar preparado para aliviar la tensión que permita deprimir la fase de éxtasis, de forma que podamos continuar con el masaje.

Estela Inés Guitián, en su libro Sexualidad Tántrica se refiere a un método, el método Carezza; "Este método no preconiza ninguna posición particular, pero aconseja evitar los movimientos rítmicos, prolongados y acelerados, que llevan a la eyaculación, y recomienda variar el ritmo, la amplitud y la duración de los movimientos y, en caso de alerta, inmovilizarse el tiempo necesario para que se aleje el peligro".

El masajista debe aprender a controlar las contracciones que se producen en la respuesta orgásmica al placer. Debe hacerse deteniendo los movimientos o caricias que han conducido hasta el límite, o ruptura de la ola del placer en orgasmo. Esta detención proprocionará el comiezo de la fase espasmódica del orgasmo pero lo detendrá de forma que pueda continuarse después de una breve fase de recuperación o relajación.

martes, 5 de julio de 2011

La calma

En el masaje sensual, es imprescindible mantener una actitud de amorosa calma, sin prisas, sin apuros, dejando las preocupaciones a un lado, nuestro excesivo pragmatismo; debemos dejar la mente en blanco.

La persona que aplique el masaje, por su parte, deberá alejar de su mente cualquier tentación a recibir placer sensitivo, concentrándose únicamente en proporcionarselo a la persona que recibe el masaje.

Pese a ser una misión dificil, la persona que recibe el masaje sensitivo debe apartar de su mente toda intencionalidad de finalidad sexual, debe concentrarse en sentir en el momento, sin pretender nada más; debe huir de la búsqueda de objetivos, abandonándose a las sensaciones inmediatas.

El masaje debe ir de detrás a adelante y debe ser lento, muy lento. De este modo las sensaciones lograrán ir aumentando como si de una pila de sensaciones se tratara, retroalimentando la hipersensibilidad del receptor.